Introducción
María es la virgen oyente, que
acoge en su corazón la Palabra de Dios. Escuchar y acoger la Palabra es la premisa y el
camino para la maternidad divina. Como dicen los Padres de la Iglesia: María, llena
de fe, concibió a Cristo antes en la mente que en el vientre.
Canto
de entrada
Oración
inicial
Abre, Señor, nuestro corazón
y nuestra mente para que, escuchando tu Palabra, la acojamos con la docilidad con que la
recibió la Virgen María en su corazón. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Palabra
Lecturas bíblicas
-
St 1,19-25: Aceptad
dócilmente la Palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros
-
Salmo responsorial (Sal
118,105-112):
Lámpara es tu palabra para mis
pasos,
luz en mi sendero;
lo juro y lo cumpliré:
guardaré tus justos
mandamientos;
¡estoy tan afligido!
Señor, dame vida según tu
promesa.
R/. Lámpara es tu Palabra
para mis pasos
Acepta, Señor, los votos que
pronuncio,
enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu voluntad.
Tus preceptos son mi herencia
perpetua,
la alegría de mi corazón;
inclino mi corazón a cumplir tus
leyes
siempre y cabalmente.
-
Lc 11,27-28: Dichosos los que
escuchan la Palabra y la cumplen
Puntos de reflexión:
-
María es una mujer que
reflexiona y trata de comprender los acontecimientos de la historia para darse cuenta de
lo que el Señor quiere. No permanece pasiva; su actitud de docilidad la convierte en
colaboradora activa de la Encarnación del Hijo de Dios.
-
La Iglesia escucha, acoge, venera
la Palabra de Dios, y a su luz escruta los signos de los tiempos, interpreta y vive los
acontecimientos de la historia. Así a lo largo de los siglos ha realizado un trabajo de
profundización y penetración de la Palabra
-
Lo que María ha realizado y lo
que la Iglesia lleva a cabo debe ser actualizado por cada cristiano: acoger la Palabra,
tratar de hacerla sustancia de la propia vida y comprenderla cada vez más.
-
Como María, que medita la
palabra de Dios y la confronta con los acontecimientos, así el cristiano debe hacer una
lectura sapiencial de la propia vida y de la historia humana, implorando al
Espíritu el don profético de interpretar la voluntad del Padre y colaborar en su
proyecto de salvación de los hombres.
-
El cambio epocal y el
pluralismo cultural que se aprecia en la Congregación nos estimulan a preguntarnos por el
modo más idóneo de vivir nuestro seguimiento de Jesús en castidad, pobreza y obediencia
(EMP 20).
-
La Iglesia nos exhorta a
cumplir nuestro servicio profético (cf VC 73) y nos pide cultivar en profundidad
la experiencia de Dios; discernir, a la luz del Espíritu, los desafíos de nuestro
tiempo y traducirlos con valentía y audacia a opciones y proyectos coherentes
tanto con el carisma original como con las exigencias de la situación histórica concreta
(cf VC 73). Necesitamos, pues, una sólida espiritualidad de la acción, viendo a
Dios en todas las cosas y todas las cosas en Dios (VC 74) (EMP 22).
Preces
Roguemos a Dios nuestro Padre,
que quiso que su Palabra se hiciera carne en el seno de María y digámosle como ella:
Hágase en mí
según tu palabra.
-
Te pedimos, Señor, que tu
Iglesia anuncie la Buena Nueva de la salvación a todos los hombres.
-
Da a los ministros de tu Palabra
el coraje de encarnarla en sus vidas.
-
Que tu Palabra, Señor, ilumine y
guíe nuestros pasos por el camino de la paz.
-
Danos la capacidad de escuchar a
nuestros hermanos y abrirnos a sus necesidades.
-
Haznos atentos a los signos de
los tiempos para descubrir en ellos tu voluntad y valientes para traducirla en opciones y
proyectos de evangelización.
Padrenuestro
Oración conclusiva
Tu Madre, Señor, profirió la
Palabra porque antes la concibió en su corazón, y proclamó un Magníficat profético
porque antes creyó: haz que, como ella, acojamos tu palabra con corazón dócil y la
hagamos fructificar en plenitud. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Canto final
Introducción
María fue la primera
discípula de Cristo, nos dicen las Constituciones (n. 61). Ella acogió el anuncio
del ángel, y día a día se mantuvo fiel a la palabra dada. Aceptando la voluntad de
Dios, no sólo engendró a su Hijo, sino que vivió unida a Él, se puso en actitud de
discípula, lo siguió por los caminos de Palestina hasta el Calvario compartiendo con Él
el dolor de la pasión y muerte en cruz.
Canto
de entrada
Oración
inicial
Tú, Señor, no has querido
sacrificios ni ofrendas, pero nos has dado un cuerpo. Te decimos, como Jesús, como
María: aquí estamos, oh Dios, venimos para hacer tu voluntad. Acepta nuestro propósito
de cumplir tu voluntad dentro de nuestra Congregación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Palabra
Lecturas
bíblicas
-
Ga 6,14-18: Dios me libre
gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo
-
Salmo responsorial (Sal 90):
Tú que habitas al amparo del
Altísimo,
que vives a la sombra del
Omnipotente,
di al Señor: Refugio mío,
alcázar mío,
Dios mío, confío en ti.
R/.Refugio mío, Dios mío,
confío en ti
Él te librará de la red del
cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás;
su brazo es escudo y armadura.
Con él estaré en la
tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré,
lo saciaré de largos días,
y le haré ver mi salvación.
-
Lc 2,33-35: Una espada te
atravesará el alma
Puntos de reflexión:
-
La respuesta al Señor no podemos
darla de una vez para siempre. La gozosa adhesión a su llamada va tomando cuerpo día a
día. Nada es claro desde el comienzo: sólo la constancia en la fidelidad va realizando
el proyecto de amor que el Padre tiene sobre cada uno de nosotros.
-
María, a invitación del ángel,
acepta ser la madre del Mesías Rey, pero no sabe cómo se llevará a cabo o cómo se
expresará esta realeza. En la profecía de Simeón, el Mesías aparece como el Siervo del
Señor que realizará su misión a través del sacrificio de la cruz. Y María sentirá su
alma atravesada por una espada de dolor en su misión de madre de Jesús, cuando hubo de
exiliarse a Egipto, al experimentar la angustia de ver perdido a su Hijo en Jerusalén, y
en el seguimiento de su Hijo hasta el Calvario.
-
En palabras del Concilio, María
avanzó en la peregrinación de la fe y conservó fielmente la unión con su Hijo
hasta la cruz (LG 58). No le fue fácil a María creer: se encontró con un niño en
toda su fragilidad, con un hijo incomprendido, perseguido y ajusticiado. Tuvo que hacer un
salto a lo imprevisible fiándose sólo de la Palabra de Dios.
-
María ha recorrido el camino
propio de toda mujer y de todo hombre. Con el tiempo se fue perfeccionando. Al no tener la
posibilidad de abarcar en un momento toda la vida y realizarla de una vez para siempre, la
persona tiene que repetir, renovándola una y otra vez, su entrega al Señor a través del
tiempo.
-
El acto de amor que funda
los votos tiene que ser espontáneo, libre de coacción; pero en la noción del amor
perfecto entra necesariamente el elemento de la perfecta donación, la cual es total y
para siempre. La sinceridad con este compromiso nos obliga a ser fieles, aun cuando el
primer impulso hubiera perdido su fervor. Además la profesión representa el vínculo
indisoluble que une Cristo a su Iglesia y ha de ser un testimonio frente al contingentismo
y falta de seguridad del hombre moderno (VR 44).
-
La profecía de la vida
ordinaria, frecuente entre nosotros, es la que hace posible la gran profecía de los
momentos extraordinarios. Se muestra en la oración, como expresión de amistad con Dios,
en la búsqueda incesante de su voluntad; en las relaciones en las que prima la ternura,
la alegría vital, la compasión, la fe en el otro, el servicio (EMP 24).
Preces
Oremos, hermanos, a Dios Padre
nuestro, por medio de Cristo y con la intercesión de María, que se mantuvo fiel en el
itinerario de su fe. Y pidamos:
Haznos fieles a
tu voluntad, Señor, por intercesión de María
-
Concede a la Iglesia que en toda
circunstancia se mantenga siempre unida a Cristo a ejemplo de la Virgen María.
-
Ayuda a todos los consagrados a
cumplir tu voluntad llevando con gozo y esperanza la cruz de cada día.
-
Consuela a los que viven lejos de
sus hogares y de su patria y ayúdales en sus trabajos.
-
Fortalece a los enfermos, los
encarcelados, los que sufren por causa de su
fe o de la justicia.
-
Sosténnos en nuestro compromiso
de ser fieles a nuestra vocación en las cosas pequeñas para ser dignos de tus promesas.
Padrenuestro
Oración conclusiva
Bajo el amparo de la Virgen
María, concédenos, Señor, la fortaleza de ánimo necesaria para los momentos difíciles
y el gozo en el seguimiento de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén.
Canto final
Introducción
María es para nosotros modelo en
el seguimiento de Jesús (cf. CC 20, 23, 28). En ella encontramos la inspiración de
nuestra vida misionera (cfr. MCH 150).
Canto
de entrada
Oración
inicial
Recibe, Señor, las esperanzas
y los sufrimientos, los gozos y las fatigas de cada día en el seguimiento de Jesús, y
que tu Espíritu nos aliente en la fidelidad al escuchar una vez más tu Palabra de
salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Palabra
Lecturas
bíblicas
-
1Cor 7,32-35: Os quisiera
libres de preocupaciones
para moveros a lo más digno y al trato asiduo con el
Señor.
-
Salmo responsorial (33):
Bendigo al Señor en todo
momento,
su alabanza está siempre en mi
boca;
mi alma se gloría en el
Señor:
que los humildes lo escuchen y
se alegren.
R/. Los que buscan al Señor
no carecen de nada
Proclamad conmigo la grandeza del
Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me
respondió,
me libró de todas mis ansias.
Contempladlo y quedaréis
radiantes,
vuestro rostro no se
avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha
Y lo salva de sus angustias.
Todos sus santos, temed al
Señor,
porque nada les falta a los que
le temen;
los ricos empobrecen y pasan
hambre,
los que buscan al Señor no
carecen de nada.
-
Jn 2,1-12: Haced lo que Él os
diga
Puntos de reflexión
-
En el Antiguo Testamento, Dios
había escogido el templo para morar entre los hombres. María inaugura la presencia
salvífica entre los hombres, convertidos en templos de Dios. Consagrada por la acción
del Espíritu, María responde a la llamada de Dios con su palabra de ofrenda, de
obediencia y confianza. Por eso siente el deseo de dedicarse totalmente al Señor, de
pertenecer a Él, de servir con plena disponibilidad sus designios de salvación.
-
María invita a todos a obedecer
a Cristo, a seguir con gozo a Jesús en el camino de la castidad por el Reino de los
cielos, a consagrarnos a Dios para estar más disponibles a su plan de salvación. Por su
pertenencia plena y entrega total a Dios, María es ejemplo sublime de perfecta
consagración (VC 28).
-
Claret, cuando ofrece a la
Congregación la forma del misionero, la identidad del Hijo del Corazón de
María, subraya como punto de partida la caridad que le abrasa hasta el punto de no pensar
sino en cómo seguir e imitar a Cristo en el procurar la gloria de Dios y la salvación de
los hombres (cf. CC 9).
-
La vida consagrada, por la
profesión de los votos, hace presente en el mundo la forma de vida que el mismo Jesús
adoptó y que propuso a sus discípulos y que, la primera entre ellos, abrazó en la fe la
Virgen María (CC 5). Esta vida consagrada que, por tanto, asumimos a imitación de
Jesucristo y a ejemplo de la Virgen María (cf. CC 20, 23, 28), tiene como primer objetivo
hacer visibles las maravillas que Dios realiza en la frágil humanidad de las
personas llamadas (VC 21) y da un testimonio profético de la primacía de Dios y de
los bienes futuros (VC 85).
-
De
la misma manera que la virginidad de María no la aparta de las necesidades de los
hombres, no se hace voto de castidad para no amar, sino para amar más: más intensamente
y a más personas con un amor puro, fraterno, libre, eterno.
Preces
Invoquemos, hermanos, a Dios
nuestro Señor, que nos ha dado en el seguimiento de Jesús, tal como se propone en el
Evangelio, la regla suprema de nuestra vida.
Que el ejemplo de tu Madre nos
estimule, Señor, en el seguimiento de Jesús
-
Para que la Virgen María,
ejemplo sublime de perfecta consagración, ayude a todos los cristianos a entregarse al
servicio de Dios y de los hombres según su propia vocación.
-
Para que todos los creyentes den
en su vida la primacía a Dios y no se dejen llevar por los criterios de este mundo.
-
Para que el testimonio de las
personas consagradas interpele y sostenga en el camino de la gracia a los que viven
alejados de Dios.
-
Para que sean muchos los que
reconozcan en la profesión de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia
un camino de elección hacia la santidad y lo sigan.
-
Para que la presencia de María
entre nosotros anime nuestra consagración a Dios en comunidad de vida por la profesión
de los consejos evangélicos y para la predicación del Evangelio.
Padrenuestro
Oración conclusiva
Dios todopoderoso, que nos has
dado en María un ejemplo para nuestra vida misionera y una imagen de nuestra gloria
futura, concédenos a los que aún peregrinamos por este mundo la gracia de amarte sobre
todas las cosas y dar testimonio de la resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor:
Canto final